No hay vuelta atrás para la descarbonización. Apremiado por el cambio climático, el hombre debe impulsar ya las alternativas que reduzcan las emisiones de CO2. En Europa lo saben. La directiva europea marca a los países los porcentajes que deberán cumplir en producción de energía a través de las renovables. Las empresas también son conscientes de los avances que deben dar. El pasado mes, parte de estas compañías, daba un paso al formar la Alianza Europea de la Electrificación. Una herramienta para contrarrestar el poder de los combustibles fósiles, desde el carbón hasta el petróleo o el gas natural. La nueva confederación europea está formada por la unión de patronales eléctricas europeas (Eurelectric) con Unesa como abanderada española; Solarpower Europe (con UNEF); WindEurope (AEE de España); Instituto Europeo del Cobre; Asociación Europea de la bomba de calor y Asociación Europea para vehículos eléctricos de batería, híbridos y de pila de combustible (Avere) con la española Aedive.

Este grupo de organizaciones reconoce que la electricidad ya se ha adoptado como principal proveedor de energía en sectores clave de la economía y se muestra convencido de que la electricidad en Europa debe descarbonizarse en 2050. Con esta fecha como horizonte, la nueva alianza ha hecho un llamamiento a los responsables políticos e interesados europeos y nacionales para hacer cumplir los objetivos climáticos y energéticos de Europa y sus compromisos en el marco del Acuerdo de París. Además, para que reconozcan que la electricidad descarbonizada se convierta en un vehículo clave para una economía europea sostenible. En la misma línea, piden mejorar la metodología para el cálculo del factor de energía primaria e impulsar la infraestructura de recarga necesaria para un rápido despliegue de soluciones de electromovilidad, así como normas de emisiones de CO2 para todo tipo de vehículos. Solicitan para ello, que promuevan los vehículos de emisión cero, eliminen obstáculos a la electrificación y que apoyen los incentivos y las iniciativas que aceleren el proceso de descarbonizar la electricidad a precios competitivos para los consumidores europeos.