Gracias al viento, el coste medio diario de la electricidad se ha reducido casi a la mitad. La energía eólica es un gran aliado para los bolsillos de los consumidores porque si hay viento empuja los precios a la baja. Así los temporales de viento, lluvias y nieve de estos días pasados han permitido que el precio de la electricidad se haya mantenido en los más bajos de este incipiente año.

El agua también ha ayudado a abaratar su coste. Algunas centrales hidroeléctricas han tenido que desembalsar. Cuando los embalses están llenos, el costo de generar electricidad a partir del agua es prácticamente cero, ya que las compañías eléctricas se ven obligadas a generar electricidad para reducir los niveles de las presas. Otro de los factores que ha ayudado el descenso de los costes es el mecanismo de la ‘excepción ibérica’ que establece un tope máximo en el precio del gas para la generación de electricidad.

La energía eólica es una de las grandes bazas para nuestro país para solucionar el problema de la dependencia de los combustibles fósiles, los altos precios energéticos actuales y alcanzar los objetivos de descarbonización. Según los datos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), el viento posibilitó un ahorro en las facturas eléctricas de más de 4.400 millones de euros gracias a la sustitución de centrales de gas. Es fundamental, el desarrollo de las energías renovables para lograr ambos objetivos, dependencia y ahorro.

 

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