El sector eólico gira con fuerza en los últimos años. La evolución alcista se refleja en multitud de indicadores, entre ellos, en el empleo. La tecnología del viento emplea en España a cerca de 30.000 personas, un 25% más que en 2018, según el último estudio ‘Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en la Economía Española’, presentado por la Asociación Empresarial Eólica (AEE).

 

 

El documento recoge las principales cifras del sector en 2019. Entre ellas, figura la aportación del PIB con un aumento que ronda el 14% al llegar a los 4.073 millones de euros. De forma directa, la eólica contribuye con 2.579,5 millones de euros, mientras que de forma indirecta con 1.493,2 millones de euros. Equivale ya a sectores tan fuertes como el del calzado o el vino.

La producción eólica se situó en los 54.238  MW llegando al 21% de la demanda. España contabilizó un 10% más de potencia instalada con 2.243MW de incremento, y aumenta la cifra total a los 25.727 MW. Esta potencia coloca a España en el 5º país por potencia instalada en el mundo con el 4% y segundo de los países que conforman la Unión Europea por detrás de Alemania con el 13%. Y es además, el mayor crecimiento de la potencia instalada en una década.

Los beneficios de la tecnología eólica en la sociedad son múltiples, entre ellos, figura el ahorro para el sistema eléctrico. Para un consumidor medio con consumo de 1.500MWh y Tarifa AT1, de 3.115 al año. Los beneficios medioambientales también son cuantificables. La eólica ha evitado 29 millones de toneladas de CO2, frente a las 26Mton de 2018.

En base a los principales datos obtenidos en el Estudio, se muestra un fuerte relanzamiento del sector. Para AEE, el sector eólico se consolida como una tecnología madura y relevante en el mix energético español, siendo la energía renovable que más contribuye a la transición energética y a la seguridad energética del país. “El sector eólico lleva ya tres décadas contribuyendo de forma relevante al desarrollo económico sostenible de España creando industria y tecnología, evitando emisiones de gases de efecto invernadero, generando empleo de calidad y riqueza local, realizando un importante esfuerzo fiscal, mitigando las importaciones de combustible fósil y reduciendo el coste de la electricidad para los consumidores”, destacan.