La energía eólica puede ser un salvavidas contra la contaminación. Un salvavidas para el planeta y para las sociedades. Su fomento y el del resto de las renovables amortiguarían los efectos devastadores de la contaminación y las emisiones de CO2. Ya hay cifras para esta afirmación. La energía eólica puede evitar 2.222 muertes al año en 2030 en España y cuatro millones en el mundo gracias a los contaminantes del aire evitados, según el último informe de la consultora KPMG, solicitado por Siemens Gamesa.

 

No es el único beneficio para la sociedad. La energía eólica puede ahorrar al sistema sanitario 67.000 millones de euros; 142 millones de metros cúbicos de agua ahorrados que equivale al consumo anual de 1,1 millones de hogares españoles y 281,5 millones de euros y 483 millones de euros ahorrados en emisiones de CO2 en 2030. Este ahorro también llegaría a los hogares, y sobre todo, a los más necesitados. Los hogares más desfavorecidos son los que ahorrarían más en términos relativos, el 3,9% de sus ingresos. Los más ricos también ahorrarían, aunque menos en comparación (1,1%).

 

Para dibujar este escenario sostenible debe primer el desarrollo de las energías renovables. La energía eólica representa alrededor del 45% de la generación renovable, por lo que su papel es clave. Su fomento propiciaría un crecimiento adicional del 0,3% del PIB respecto a un escenario sin medidas. El despliegue de las renovables impulsaría el PIB en más de 6.000 millones anuales entre 2021 y 2030, 130 euros per cápita al año. Fomentaría alrededor de 150.000 empleos (directos e indirectos) al año, 30.000 sólo en el sector eólico. E implicaría reducciones adicionales en el precio mayorista de la electricidad, lo que supone el 35% de la tarifa total en la actualidad.