La contaminación en el aire es un problema no sólo medioambiental sino también sanitario. Casi todos los europeos continúan sufriendo los efectos de la contaminación atmosférica, que provoca unas 400.000 muertes prematuras en el continente. Como contrapartida a estas cifras demoledoras algo de esperanza. Esta misma semana la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) apunta a que existe una “notable mejora de la calidad en el aire en Europa en la última década y menos muertes vinculadas a la contaminación” en su informe ‘La calidad del aire en Europa’.

Las políticas tanto de la UE, como nacionales y locales, así como los recortes en emisiones en sectores clave, han mejorado la calidad del aire en toda Europa. Desde 2000, las emisiones de contaminantes atmosféricos clave, incluidos los óxidos de nitrógeno (NOx) procedentes del transporte, han disminuido de manera significativa, a pesar de la creciente demanda de movilidad y del consiguiente aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector. También se han observado importantes reducciones en las emisiones contaminantes procedentes del suministro de energía, mientras que los avances en la reducción de las emisiones procedentes de los edificios y la agricultura han sido lentos. El camino que habrá que seguir será éste.

Gracias a la mejor calidad del aire, en 2018 hubo unas 60 000 muertes prematuras menos a causa de la contaminación por partículas finas, en comparación con 2009. En el caso del dióxido de nitrógeno, la reducción es aún mayor, dado que las muertes prematuras han disminuido aproximadamente un 54 % en la última década. La aplicación continua de políticas medioambientales y climáticas en toda Europa es un factor determinante para tales mejoras. Hans Bruyninckx, director ejecutivo de AEMA, explica que “los datos demuestran que invertir en una mejor calidad del aire es una inversión para mejorar la salud y la productividad de toda la ciudadanía europea. Las políticas y acciones coherentes con el objetivo de Europa de contaminación cero conducen a una vida más larga y saludable, así como a sociedades más resilientes».