El Gobierno central acaba de publicar el anteproyecto de ley de Cambio Climático y Transición Energética que sigue ahora su curso legislativo para su aprobación en el Parlamento en marzo. Algo menos ambicioso que el borrador, la normativa introduce objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, energías renovables y eficiencia energética en el horizonte temporal 2030.

El Ejecutivo quiere un 20% menos de emisiones respecto a 1990; alcanzar un sistema eléctrico de al menos un 70% de generación a partir de energías de origen renovable; una penetración de energías de origen renovable en el consumo de energía final de, al menos, un 35%, y mejorar la eficiencia energética disminuyendo el consumo de energía primaria en, al menos, un 35%, con respecto a la línea de base conforme a Europa.

En el capítulo de las renovables, para su impulso, el Ministerio de Transición Ecológica establece la convocatoria de derechos económicos para impulsar la construcción de al menos 3.000 MW de instalaciones renovables al año y desarrollará nuevos marcos retributivos para la generación de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovable, basados en el reconocimiento a largo plazo de un precio fijo por la energía generada.

La movilidad será otro de los grandes retos de España. El Gobierno quiere que en 2050 exista un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2. En las ciudades, los ayuntamientos de más de 50.000 habitantes deberán establecer zonas de bajas emisiones no más tarde de 2023; facilitar los desplazamientos a pie, bicicleta o transporte activo; mejora y electrificación de  la red de transporte público y fomentar el transporte eléctrico privado y los puntos de recarga para los mismos.