El mundo ha hecho progresos prometedores para garantizar el acceso universal a la energía sostenible en la última década. Las energías renovables son clave para garantizar el acceso a la electricidad. Como muestra de este esfuerzo, el número de personas sin acceso a la electricidad cayó de 1.200 millones a nivel mundial en 2010 a 789 millones en 2018. Las soluciones de energía renovable han sido fundamentales para lograr este descenso, con más de 136 millones de personas que reciben servicios básicos de electricidad a través de energías renovables fuera de la red en 2018.

Esta evolución puede paralizarse si no se intensifican las medidas debido a la crisis del COVID-19. Se estima que 620 millones de personas permanecerían sin acceso a la electricidad en 2030, un número que podría aumentar aún más con el impacto de la pandemia.

En su último informe, la Agencia Internacional de la Energía (Irena), que analiza los avances para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre esta materia, destaca que es necesario que las inversiones lleguen a los países menos desarrollados. Según el análisis, las inversiones públicas internacionales totales alcanzaron los USD 21.4 mil millones en 2017, el doble que en 2010. Sin embargo, solo el 12% de dichas ayudas llegaron a los países menos desarrollados, que podrían enfrentar los mayores desafíos para lograr los objetivos de los ODS. La cooperación global es vital para apoyar a los más necesitados, especialmente en medio de la crisis COVID-19.