Las energías renovables conquistan poco a poco al mundo. Según el informe Power Transition Trend de BloombergNEF, (Tendencias de Transición Energética) las renovables contribuyeron de forma récord a las redes globales durante ese año con casi 3.000 teravatios-hora de electricidad producida, un 10,5 % combinado de la generación mundial. La contribución de la energía eólica al total mundial aumentó al 6,8 %, mientras que la solar subió al 3,7 %. Hace una década, estas dos tecnologías combinadas representaban mucho menos del 1% de la producción total de electricidad. Gracias a esta producción «verde», el 39% de toda la energía producida a nivel mundial en 2021 fue libre de carbono. Los proyectos hidroeléctricos y nucleares cubrieron poco más de una cuarta parte de las necesidades mundiales de electricidad.

Cada año desde 2017, la energía eólica y solar han representado la mayor parte de la nueva capacidad de generación de energía agregada a las redes globales. En 2021, alcanzaron un récord de tres cuartas partes de los 364 gigavatios de nueva capacidad construida. Incluyendo hidroeléctrica, nuclear y otras, la energía sin carbono representó el 85% de toda la nueva capacidad agregada. “Las energías renovables son ahora la opción predeterminada para la mayoría de los países que buscan agregar o incluso reemplazar la capacidad de generación de energía”, destaca Luiza Demôro, directora de Transiciones Energéticas de BloombergNEF. “Esto ya no se debe a mandatos o subsidios, sino simplemente a que estas tecnologías suelen ser las más competitivas en costos”.

A pesar de este gran impulso de las energías limpias, el informe pinta una imagen cruda del enorme trabajo que le queda al sistema eléctrico para abordar su papel en el cambio climático. A medida que la economía mundial se recupera de la pandemia de Covid-19, la demanda de electricidad aumentó un 5,6 % interanual, lo que supuso nuevas tensiones para la infraestructura existente y las cadenas de suministro de combustibles fósiles. La producción inferior a la esperada de las plantas hidroeléctricas y los precios más altos del gas natural también ayudaron a que la energía a carbón volviera a ser el centro de atención en más mercados. Michael R. Bloomberg, enviado especial del secretario general de la ONU para la ambición y las soluciones climáticas,  enfatiza: “Los nuevos picos en la generación de carbón son una señal preocupante para la economía, nuestra salud y la lucha contra el cambio climático. . Este informe debería ser un grito de guerra para los líderes de todo el mundo de que la transición a la energía limpia requiere acciones más grandes y audaces».