La eólica marina ha superado los 34.000 MW durante el primer semestre de 2021. Esta cifra supone un crecimiento del 5% con respecto a término del pasado ejercicio con 1.627 MG más en lo que llevamos de año. Los datos extraídos del informe ‘Global Offshore Wind Report’ del fórum ‘World Offshore Wind’, apuntan a que esta potencia se ha desarrollado en China, Dinamarca, Países Bajos y Taiwan. La organización considera que aunque el crecimiento durante los primeros seis meses ha sido lento, se prevé que haya una aceleración en el segundo semestre.
Las medidas adoptadas para frenar el cambio climático surgen efecto. Si la semana pasada se anunció una disminución de la contaminación en Europa, esta semana la Comisión Europea ha dado a conocer el informe anual de situación sobre la acción por el clima que apunta a una disminución generalizada de las emisiones de CO2. Las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE-27 disminuyeron un 3,7% en 2019 con respecto a 2018 mientras que el PIB creció un 1,5%. Las emisiones se han reducido en un 24% en comparación con los niveles de 1990. Las principales razones de esta bajada se deben al sector energético cuya caída de las emisiones alcanzó el 15% gracias a la sustitución de la producción eléctrica a partir del carbón por otras fuentes como las renovables.
La energía eólica recupera sus años dorados en Europa. Los países europeos han logrado instalar 5,1 GW de esta tecnología en el primer semestre del año, de los cuales, 3,9 GW corresponden a onshore (tierra) y 1,2 GW a offshore (mar). Las cifras de instalación en tierra están justo por encima del promedio de los tres años anteriores (3,7 GW). Estos son los datos del análisis realizado por la patronal del sector eólico ‘WindEurope’.
España a pesar de ser un país líder en renovables desperdicia su buen posicionamiento y no emplea estas tecnologías para la generación de energía eléctrica tal y como se puede esperar. Así lo refleja los datos de Eurostat, oficina de estadísticas de la Comisión Europea, de la cual se hace eco, el Instituto de Estudios Económicos (IEEMadrid). El trabajo sitúa a España a mitad de la tabla en uso de energía renovable con un 17,5% en 2017 frente a los países que se encuentran a la cabeza, entre ellos, Suecia, Finlandia, Letonia y Dinamarca con consumo de renovables del 54,5%, 41%, 39% y 35,8%. A pesar de estos datos de España, nuestro país ha aumentado en los últimos nueve años el empleo de energías limpias en siete puntos. El crecimiento español es notable aunque aún queda camino para lograr nuestro objetivo nacional del 20% en 2020. Al igual que en España, en el conjunto de la Unión Europea el protagonismo de las renovables en el conjunto del consumo de energía se sitúa en el 17,5%. Esta cifra también se acerca al objetivo de conseguir el 20% fijado por Europa para 2020. Según los datos del informe, once países de la UE-28 ya han alcanzado sus objetivos nacionales, entre ellos, los citados Dinamarca o Finlandia. En el otro extremo, figuran Holanda, Francia, Irlanda y Reino Unido.
Un sistema de energía cien por cien renovable crearía en Europa 3,5 millones de empleos
El sector eólico empleó a más de 22.000 personas durante 2017. A pesar de que aún quedan lejos las cifras de 2008 cuando la actividad generó más de 41.438 empleos, se percibe una tendencia alcista de nuevo con un crecimiento del 11,7% con respecto al ejercicio precedente. Así lo refleja el último informe de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) ‘Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España’. El documento de la patronal del sector, muestra que la evolución al alza del sector ha contribuido a la recuperación del empleo en España y posee una gran relevancia en la economía española. Esta influencia positiva se refleja en términos de PIB, generación de empleo y mejora de balanzas de pagos, reducción en la dependencia energética y en los gastos en importaciones de combustibles fósiles, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes, y la reducción de los precios de la electricidad.
El informe revela que las exportaciones en los últimos años sumaron 15.909 millones de euros, en 2017, 2.391 millones de euros. Estas cifras sitúan a España como cuarto exportador del mundo de aerogeneradores, detrás de China, Dinamarca y Alemania. Ello junto a la reducción de la importaciones de combustible fósiles, facilitó un gran impacto positivo en la balanza de pagos. En términos de dependencia energética y emisiones de gases de efecto invernadero se sustituyó la producción de 298TWh de electricidad con combustible fósil entre 2012 y 2017; se evitó la emisión de 155 millones de toneladas de CO2 y se evitaron importaciones de 57 millones de toneladas equivalentes de petróleo por valor de 11.971 millones de euros. La producción de energía eólica repercutió directamente en los bolsillos de los consumidores. Para un consumidor medio residencial, con un consumo de 4.000 kWh/año, el ahorro ha sido de 351 euros en su factura de la luz. El total, el uso de potencia eólica en lugar de combustibles fósiles ha supuesto ahorros para el sistema valorados en 21.807 millones de euros en el periodo de 2012-2017, debido a la reducción en el precio del pool del mercado eléctrico.
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