Celebramos hoy el 3 de julio el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, una fecha para la concienciación de la necesidad de reducir el uso de las bolsas de plástico de un sólo uso y fomentar el consumo responsable, dado que suponen un problema mundial de contaminación muy grave.
Una bolsa de plástico de un solo uso tarda décadas en degradarse. Y lo hace dejando huella, desprendiendo cientos de miles de fragmentos de microplásticos. Estudios científicos avalan ya su presencia en la atmósfera, y ya han llegado a lugares recónditos como la Antártida. Una vez allí, afectan al clima de la superficie y la salud de los ecosistemas locales. Como ejemplo, las partículas más oscuras se depositan en la nieve y el hielo, lo que reduce su capacidad para reflejar la luz solar y promueven el derretimiento.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), alrededor de ocho millones de toneladas de plástico contaminan los océanos cada año. El plástico mata a un millón de aves y más de 100 mil especies cada año. Dentro de 30 años, en 2050, habrá más plástico que peces en el mar, y el 99% de las aves marinas habrá ingerido plástico. La solución para revertir esta situación está en nuestras manos. ¿Pero cómo? Desde el 1 de julio de 2018, los comercios no pueden entregar bolsas gratuitas y desde el 1 de enero de 2021, las bolsas de plástico deben ser compostables. Pero el problema persiste, porque la clave no está en sólo sustituir un material por otro, sino en reducir, reutilizar y reciclar.
Compartimos con todos unos consejos para adoptar en nuestro día a día y poner nuestro granito de arena para lograr el objetivo global:
- Intenta reducir el consumo de productos envasados.
- Cuando vayas a la compra, lleva tus propias bolsas, mejor si son reutilizables, también para la fruta.
- Reutiliza las bolsas de plástico que llegan a tu casa. Puedes emplearla para tirar la basura o para futuras compras.
- Cuando ya no puedas dar más uso a las bolsas, recíclalas en los contenedores amarillos, en el de envases.
