Desde 2015, celebramos desde el 23 de agosto al 1 de septiembre, la Semana Mundial del Agua, siete días que nos ayudan a reflexionar sobre los problemas de la falta de agua, un desafío mundial que nos compete a todos. En España, este año, la sequía que sufrimos ha supuesto restringir su consumo. Entre las consecuencias, algunos agricultores han tenido que sacrificar parte de su trabajo, como es el caso de Andalucía, donde la falta de agua a puesto en jaque a las plantaciones de aguacates y la producción de la aceituna de mesa porque el fruto no engorda lo suficiente. A estos problemas de restricciones, se suma los incendios, provocados por la falta de agua y las altas temperaturas que sufre el país durante este verano.

Las consecuencias de la falta de agua son reales y nos alcanzan a todos, y los ciudadanos deben ser conscientes de que su consumo sostenible es cosa de todos. Todos debemos evitar el despilfarro. La falta de agua tiene un gran impacto en nuestras vidas: producción de alimentos; energía, educación, salud; cambio climático. Sin agua no hay vida. Aunque cueste creerlo, no toda la sociedad tiene acceso a ella. Según datos de la Organización Mundial de la Salud y de Unicef, 2,1 billones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura y 4,5 billones de personas carecen de servicios de saneamientos seguros. Y el futuro no es alentador, existe gran preocupación sobre los recursos hídricos de planeta, dado que en los últimos años, se ha notado una disminución significativa de los mismos.

Debemos tomar conciencia sobre esta problemática que nos concierne a todos e intentar colaborar y comprometernos en la conservación. Compartimos con todos algunos consejos para evitar el despilfarro:

  • Detectar posibles fugas o goteras
  • Cerrar el grifo mientras te enjabonas las manos, te cepillas los dientes o friegas los platos
  • Emplear algún sistema de control de agua en el inodoro como meter una botella en la cisterna
  • Priorizar las duchas frente a los baños
  • Evita utilizar electrodomésticos como lavadores y lavaplatos para lavar cantidades mínimas de ropa o vajillas
  • Riega las plantas o el césped en horarios matutinos