Expertos de la ONU han alertado sobre la necesidad de adoptar medidas para frenar las consecuencias del cambio climático. Los científicos destacaron que es posible limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados en vez de 2 pero “sólo con cambios rápidos, de amplio alcance y sin precedentes”. En su informe, presentado el pasado lunes 8 de octubre por el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), los científicos revelan que para permanecer en una variación de 1,5ºC máximo se debe invertir la evolución de las emisiones de CO2 antes de 2030 y llegar a 2050 a una “neutralidad del carbono”: no emitir más CO2 de lo que se puede retirar. Sostienen que es necesario reducir el consumo de carbón a dos tercios en 2030, a cero en 2050, y el uso del petróleo a la mitad y el gas a un tercio. El objetivo final: Evitar impactos catastróficos en la vida de las personas y el medio ambiente.

Esta reducción precisa la implicación de los sectores a la vez en un “movimiento sin precedentes”.  Además, los expertos apuntan a la necesidad de las energías renovables para frenar el calentamiento global. Urgen a que pasen del 20 al 70% en la producción de la energía eléctrica, a que desaparezca el carbón y a que la industria reduzca las emisiones de CO2. Para frenar el cambio climático, se necesitarán inversiones anuales de 2,4 billones de dólares entre 2016 y 2035, una cantidad que será mucho mayor si no se hace nada. A pesar del informe alarmista, la ONU guarda algo de optimismo. El responsable de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, sostuvo que aún no se ha perdido “la batalla”, recoge ‘Todo Noticias’.

Greenpeace sostiene que el “desafío es enorme” pero se debe reaccionar. “Más que alarmarnos debemos reaccionar”, insistió la organización, recoge ‘El Mostrador’. En España, la ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, cree que Europa cumplirá con el acuerdo de París aunque pidió a todos los gobiernos “más ambición climática”, recoge Europa Press. Ribera considera que la Unión Europea está en el camino para poder reducir ya un 45% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030, cinco puntos más de lo comprometido pero asegura que no puede ser un “techo” y se debe reducir al “máximo” las emisiones, pero sin poner en riesgo la equidad y el desarrollo sostenible.

 

Nueva inyección europea para cumplir con el Acuerdo de París