Altertec Renovables negocia con Gamesa asumir en su plantilla a trabajadores de la multinacional GES (Global Energy Services), tras anunciar la última preconcurso de acreedores. GES se encargaba, hasta ahora, del mantenimiento de la gran mayoría de los parques eólicos españoles que funcionan con máquinas de Gamesa. GES era líder global en construcción y servicios para los sectores eólicos y solar, y contaba con 1.700 profesionales y presencia en 20 países, con personal local. En España, su plantilla se situaba en 900 trabajadores. Desde la dirección de la compañía se esgrime que se busca la mejor solución para estos trabajadores, y se destaca que supone una “tabla de salvación” para estas familias que dependen del sector eólico.
España debe reducir un 26% sus emisiones de CO2 antes de 2030. Este objetivo está muy lejos de la situación actual. De hecho, las emisiones de dióxido de carbono han aumentado un 10% el pasado año. Con este escenario, esta semana, el presidente español, Mariano Rajoy, viajaba hasta Marrakech donde se ha celebrado la cumbre contra el cambio climático COP22 (Conferencia de las Partes-órgano que toma las decisiones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Rajoy aprovechó la cita para adelantar que España contará con una ley contra el cambio climático. Además, Rajoy transmitió su «optimismo» y aseguró que España sí cumplirá con sus compromisos. Durante su participación, el máximo responsable del ejecutivo español también ha ratificado su compromiso ya sellado en París junto a los 70 jefes de Estado y de Gobierno, y los casi 200 países que participan en la convención.

Reuters
Al margen de polémicas, Rajoy prefirió no opinar sobre la posición de Donald Trump, recién elegido presidente de los Estados Unidos. Este tema, ha acaparado la atención durante la semana que se ha desarrollado la COP22. Incluso, el presidente de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, y el presidente de Francia, François Hollande, pidieron al mandatario electo de Estados Unidos, mantener a esa nación dentro del Acuerdo de París sobre Cambio Climático. Es conocida, su opinión al respecto. Trump niega la existencia del cambio climático. A su juicio, «el concepto fue creado por China para reducir la competitividad de la fabricación en Estados Unidos». Sus declaraciones, en este sentido, en las redes sociales han levantado ampollas. En Twitter, Trump tuiteó que «todos los eventos climáticos son utilizados por los mentirosos climáticos para justificar mayores impuestos». En su país, el secretario de Estado en funciones, John Kerry, enfatizó en Marruecos que fallar a este compromiso sería un «fracaso moral y una traición». «Nadie puede dudar de que la mayoría del pueblo norteamericano sabe qué está ocurriendo con el cambio climático y está determinado a mantener los compromisos de París».
El sector eólico español evitó en sólo tres años la emisión de 106 millones de toneladas de CO2, con un ahorro de un coste que alcanza los 657 millones de euros, desde 2012 hasta 2015. Esta es una de los principales conclusiones que revela el estudio ‘La eólica en la economía española 2012-2015’ de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) y elaborado por Deloitte. El informe que detalla la evolución del sector en este periodo de tiempo revela la importancia del sector para el ahorro del ciudadano y su contribución en la lucha contra el cambio climático. El documento concreta que el sector eólico evitó importaciones de 40 millones de toneladas equivalentes de petróleo por valor de 9.027 millones de euros, y además, contribuyó a crear un total de 96.431 empleos en el mundo, gracias a su internacionalización.
Otro de los puntos analizados en el informe es el impacto de la generación eólica en los precios de la electricidad. La sustitución de generación con combustibles fósiles por producción eólica le ha ahorrado al sistema eléctrico 15.709 millones de euros en los cuatro años analizados, por la reducción del precio del mercado eléctrico. Para un consumidor medio residencial, el ahorro ha sido de 227 euros en su factura de la luz.
A pesar de los beneficios cuantificables que proporciona el sector a la sociedad, entre ellos, la reducción de las importaciones de combustibles fósiles, de las emisiones de gases invernadero y otros contaminantes, y de la bajada del precio de la luz, el marco regulatorio ha perjudicado su desarrollo en España, con lo que las empresas han tenido que reinventarse y mirar hacia el exterior. Como ejemplo de la situación tras la Reforma Energética, el efecto caníbal (cuando la eólica produce más, se abarata el precio y el sector recibe menos por la producción), le ha restado a las empresas en 2014 y 2015, 1.547 millones de euros. El sistema ahora compensa cada tres años a las empresas en caso de desvíos, pero debido a la existencia de unos límites, en el primer período regulatorio que finaliza en diciembre de 2016, el sector sólo recibirá el 36% de lo que ha perdido, 226 millones de euros de un total de 630 millones. Por ello, la AEE apunta a la necesidad de eliminar los límites y compensar las instalaciones no cada tres años, sino cada año.
Respecto al futuro, Deloitte señala que “el sector eólico español se encuentra bien situado para aprovechar las oportunidades que se presentan a nivel mundial siempre y cuando se produzcan cambios regulatorios que eliminen la inseguridad jurídica, se reactive el mercado doméstico de cara al cumplimiento de los compromisos internacionales y se fijen objetivos internos a medio y largo plazo lo suficientemente ambiciosos para dar visibilidad a los inversores”.
La firma dibuja dos escenarios posibles, de los que el más beneficioso para España en términos económicos supondría alcanzar los 40.000 MW eólicos en 2030. Según el informe, si se cumple este escenario se reactivaría la actividad industrial y se crearían unos 10.000 empleos; se mejoraría la posición competitiva (economías de escala, liderazgo tecnológico, profesionales cualificados, etc.) de las empresas españolas, lo que permitiría incrementar aún más las exportaciones y la independencia energética española mejoraría al reducirse las importaciones de combustibles fósiles en mayor cuantía.
Las energías renovables son una de las claves para la lucha contra el cambio climático. Herramienta necesaria para combatirlo, además, generan riqueza y empleo, abaratan la energía tradicional y son sostenibles medioambientalmente. Estos beneficios se han puesto de manifiesto en el último informe de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) ‘Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España’. En él, la organización que aglutina a las compañías de renovables que operan en España resalta que este tipo de energías además de ser “limpias” son más económicas que el resto de sistema de producción. Las ventajas que arrojan las renovables son irrefutables. El sector aportó al Producto Interior Bruto (PIB) de España 8.256 millones de euros, registró una aportación fiscal neta de 1.090 millones, contribuyó de forma positiva a mejorar la balanza comercial española en 2.511 millones de euros, invirtió 230 millones en I+D+i, generó ahorros en el mercado eléctrico por valor de 4.180 millones, evitó importaciones energéticas por 2.353 millones de euros, propició el ahorro en derechos de emisión por 309 millones y empleó a 75.475 trabajadores.
APPA también destaca la repercusión directa en la calidad de vida de la sociedad española y el freno que supone para el cambio climático. La producción renovable evitó que se emitieran a la atmósfera 55,1 millones de toneladas de CO2 por un importe equivalente de casi 423 millones de euros. A su juicio, “el futuro será renovable o no será”. Además, la producción de energía renovable supone un ahorro directo a los bolsillos de los españoles. Su penetración en el sistema eléctrico facilitó un abaratamiento en el coste de adquisición de la energía en el mercado diario de OMIE de 4.180 millones de euros, como consecuencia de reducir el precio del MWh en 16,9 horas. “Si hay viento y sol, el precio del mercado baja, si no lo hay, sube”, enfatizan.
A pesar de las evidentes ventajas, APPA denuncia que la reforma eléctrica del Gobierno ha conllevado un panorama desolador para el sector renovable que cierra el cuatrienio más sombrío de la historia de las renovables en España. La normativa sólo ha generado incertidumbre en el sector y ha sido el gran damnificado. La asociación demanda que en los cambios que se realicen en la regulación actual se ejecuten con visión de futuro. “Son necesarios planteamientos certeros que huyan de la improvisación”, consideran. En el estudio, además, apuntan a que para cumplir los objetivos obligatorios para 2020 será necesario aumentar la potencia renovable instalada en unos 8.500 MW, cifra que supone 1.700 nuevos MW anuales, 2016 incluido, para alcanzarla.
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