El próximo 22 de septiembre celebramos el Día Mundial Sin Coche, una jornada de sensibilización y concienciación social para reducir el uso de estos vehículos, y buscar fórmulas alternativas de transporte menos contaminantes. El tráfico rodado genera emisión de gases y partículas altamente nocivas generadas por los motores de combustión interna de los vehículos, como monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2) y óxidos nitrosos (NOx).

Los coches no sólo generan contaminación ambiental y acústica, también contribuyen al incremento de accidentes de tráfico y la pérdida de vidas. Si limitamos su uso a momentos en los que realmente lo necesitamos, ayudaremos a cuidar del medio ambiente, de las personas y también de las economías domésticas.  Es innegable, que el uso de los coches es un gran gasto para las familias: combustible que en la actualidad registra precios récord; seguros; mantenimientos; impuestos; estacionamientos.

A pesar de sus efectos, los coches nos aporta autonomía e independencia, y es complicado que seamos capaces de abandonar su uso de forma drástica. Por ello, hay que buscar soluciones reales que podamos llevar a la práctica para cuidar de la salud de las personas y del medio ambiente. El reto común es reducir su huella de carbono.

Pero cómo compaginamos no perder la comodidad que nos aporta el coche y reducir la huella de carbono. Compartimos con todos algunas alternativas de movilidad urbana inteligente y sostenible:

  • Utilizar el transporte público
  • Emplear sistemas de vehículos compartidos
  • Sustitución de vehículos con motor de gasolina o diésel por vehículos híbridos o eléctricos
  • Utilizar bicicletas, bicis eléctricas o patinetes eléctricos
  • No adquirir un vehículo nuevo, emplear sistemas de alquileres o renting cuando lo necesitamos.