A partir de mañana y hasta el 27 de agosto celebramos la Semana Mundial del Agua, una oportunidad para recordar la necesidad de contribuir al ahorro y al uso racional de este bien natural al que no todo el mundo tiene acceso. Este año, el eje de la celebración que organiza el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI) es “Construyendo resiliencia más rápidamente”. En torno a este tema, el organismo sueco reúne a expertos y profesionales con el propósito de fomentar nuevas iniciativas y proponer soluciones a los retos más acuciantes del agua en la actualidad.

Según los datos que maneja la Organización de Naciones Unidas (ONU), existen miles de millones de personas (principalmente en áreas rurales) que aún carecen de estos servicios básicos relacionadas con el agua. En todo el mundo, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre y dos de cada cinco personas no disponen de una instalación básica destinada a lavarse las manos con agua y jabón.

Debido al crecimiento de la población unido al cambio climático, se prevé que dos de cada tres personas vivirán en países con estrés híbrico en 2025. Las observaciones durante las últimas décadas y las proyecciones de los escenarios de cambio climático apuntan hacia una exacerbación de las variaciones espaciales y temporales de la dinámica del ciclo del agua. Como resultado, las discrepancias en el suministro y la demanda de agua se agravan cada vez más, recoge ‘Iagua’. Como objetivo de la ONU, es que en una década se logre el acceso universal y equitativo del agua a un precio asequible para todos. Está en todos lograrlo, al igual, que está en todos hacer un uso eficiente para asegurar el abastecimiento frente la escasez de agua y reducir considerablemente el número de personas que sufren falta de agua.