Las ciudades van a jugar un papel fundamental en la transición energética. Es vital que éstas modifiquen sus planteamientos para facilitar una vida sostenible al ciudadano. Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización Mundial de Naciones Unidas (ONU) figura esta necesidad. La ONU adelanta que cada vez más personas vivirán en entornos urbanosLos expertos prevén que el 60% de la población mundial residirá en urbes en 2030. Las ciudades son las principales generadoras de economía, pero como contrapartida, también son principales emisoras de carbono, cerca del 70% del total. A ello se suma, un empeoramiento de la contaminación del aire y del crecimiento urbano incontrolado. La rápida urbanización ha dado como resultado un número creciente de habitantes en barrios pobres, infraestructuras y servicios inadecuados y sobrecargados como la recogida de residuos y los sistemas de agua y saneamiento, carreteras y transporte, explica la organización mundial. 

La ONU también alerta de que la pandemia del coronavirus supondrá aún mayor impacto en las zonas urbanas pobres y densamente pobladas. Sobre todo, para el mil millón de personas que reside en asentamientos informales y en barrios marginales, donde el hacinamiento también dificulta cumplir con las medidas recomendadas como el distanciamiento social y autoislamientoLa organización mundial considera prioritario mitigar el impacto del COVID-19 y propone medidas como apoyar a los gobiernos locales y las soluciones comunitarias en asentamientos informales para iniciar la recuperación. Detrás, vendrá un camino de trabajo ya iniciado para lograr el objetivo 11 de los ODS, ‘Ciudades y comunidades sostenibles’. Para ello, entre los retos que propone, figura conseguir de aquí a 2030 asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles, y mejorar los barrios marginales; aumentar la urbanización inclusiva y sostenible, y la capacidad para la planificación y la gestión participativas, integradas y sostenibles de los asentamientos humanos en todos los países, así como reducir el impacto ambiental negativo per capita de las ciudades, con especial atención a la calidad del aire y la gestión de los desechos municipales y de otro tipo.