El mundo agotará su “presupuesto de carbono” en menos de 20 años si los países no cambian de forma extrema su política energética. Los planes gubernamentales siguen muy lejos de satisfacer las necesidades de reducción de las emisiones relacionadas con la energía para mantener el incremento de la temperatura por debajo de 2ºC, tal y como recoge, el acuerdo de París. Para cumplir con este objetivo, las emisiones acumuladas deben reducirse al menos en 47 gigatoneladas (Gt) adicionales hasta 2050 y la energía renovable debe crecer a un ritmo seis veces mayor, según recoge el informe  ‘Transformación Energética Mundial’ de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena). La hoja de ruta que marca pautas a seguir de aquí a 2050, alerta de la necesidad de que el sistema energético mundial debe sufrir una profunda transformación para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, potenciar la eficiencia y dejar paso a las energías renovables.

Este cambio drástico debe descansar en dos pilares: la eficiencia energética y las energías renovables. Políticas basadas en ambas podrían conseguir más del 90% de las reducciones de emisiones de CO2 relacionadas con la energía. Es necesario impulsar las energías renovables y la eficiencia energética en todos los sectores. La cuota total de energía renovable debe pasar del 15% del suministro total de energía primaria a unos dos tercios en 2050. Irena indica que muchos países pueden alcanzar o superar el 60% del consumo de energía final total. Por ejemplo, China podría aumentar su cuota de energía renovable del 7% en 2015 al 67% en 2050. En la Unión Europea, esta cuota podría pasar del 17% a más del 70%, e India y Estados Unidos podrían incrementar su cuota hasta dos tercios o más.

Los beneficios de esta transformación energética serán múltiples. Transformar el sistema socioeconómico es uno de los beneficios potenciales más importantes. Los costes adicionales de una transición energética integral ascenderán a 1,7 billones de dólares al año en 2050, sin embargo, estos costes se compensarán con los beneficios en materia de salud y reducción de contaminación atmosférica y los daños ambientales. Además, la transición a las renovables creará más puestos de trabajo en el sector energético de los que se perderán en la industria de los combustibles fósiles. Según Irena, se prevé la pérdida de 7,4 millones de empleos en el sector de los combustibles fósiles, pero ser crearán 19 millones de empleos nuevos en el ámbito de las renovables, la eficiencia energética y la mejora de las redes y la flexibilidad energética, con un saldo positivo neto de 11,6 millones de empleos.

 

Los expertos destacan la necesidad de cuidar la energía eólica y solar