La energía eólica es la segunda tecnología del sistema energético del país. Durante el año pasado, el sector generó 48.902GWh, un 2,9% superior a 2017. Esta energía llegó a 12 millones de hogares. En concreto, la eólica aportó el 19% de la electricidad consumida en España. Hubo más energía y también más potencia instalada. Según los datos del ‘Anuario Eólico 2019’ de la Asociación Empresarial Eólica (Aee), la cifra de megavatios eólicos instalados refleja el relanzamiento del sector eólico español y la vuelta de actividad “con mayúsculas” con 392MW más, hasta situar el dato global en 23.484 MW eólicos. Esta tendencia al alza se prevé para los siguientes ejercicios si se pone en marcha la potencia de las tres subastas celebradas en 2016 y 2017. Estos datos de reactivación benefician no sólo a un sector que ha tenido que luchar con las trabas burocráticas de los últimos años, sino también a la sostenibilidad del país, a la generación de empleo, crecimiento de la economía y al bolsillo de los consumidores domésticos e industriales.

Los que más salen beneficiados, según AEE, del efecto reductor de la eólica son los consumidores industriales. Para un consumidor medio que tenga la Tarifa AT1 y un consumo de 1.500 MWh anuales, el ahorro a lo largo de 2018 ha sido de 3.540 €. Es decir, si no se hubiesen puesto en marcha los 23.484 MW eólicos existentes, la electricidad hubiera costado 3.540 € más al año. Pero el ahorro al bolsillo no es la única ventaja, la eólica ha evitado la emisión de 25M toneladas de CO2, supone el 0,31% del PIB español con 3.394 millones de euros, ha generado 22.578 empleos y exporta por valor de 2.391 millones de euros. En el mundo, España es quinta potencia detrás de China, Estados Unidos, Alemania e India, segundo país europeo, mientras que en el mapa español, Castilla y León es de nuevo líder indiscutible con 5.595 MW y 244 parques que suponen el 23,82% del total.

 

Castilla y León, comunidad con los deberes hechos de la transición energética