Los aerogeneradores, o molinos del siglo XXI, son dispositivos que convierten la energía del viento en energía eléctrica. El viento hace girar las palas que llegan alcanzar velocidades de viento de unos 3,5metros por segundo y proporcionan la máxima potencia con unos 11m/s. Para conseguir la mayor cantidad de energía, las palas o aspas se orientan de forma automática para aprovechar al máximo el viento.

El aerogenerador cuenta con una veleta y anemómetro que facilitan la información para conseguir el mayor aprovechamiento. El rotor, el conjunto de las tres palas, hace girar un eje conectado a un sistema que se denomina multiplicadora que eleva la velocidad de giro desde unas 13 a unas 1.500 revoluciones por minuto. La multiplicadora transfiere la energía a un generador de 690 voltios que produce la electricidad. Una vez generada, la energía llega a la red eléctrica a través del interior de la torre hasta la base y, desde allí, por línea subterránea hasta la subestación, donde se eleva su tensión para suministrarla a la red eléctrica y distribuirla así a los puntos de consumo.

La información que guarda el aerogenerador queda grabada en los ordenadores y se transmite a un centro de control. En los parques eólicos que cuentan con más de un aerogenerador suele haber trabajando cerca de 6 personas que se encargan de revisarlo de forma periódica. Nuestro equipo humano es el que desempeña esta labor que gracias a su mantenimiento posibilita alargar la vida de los molinos hasta más de 25 años.

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Fuente: Acciona