Continuamos contándoos los diez principios con los que Altertec se ha comprometido tras su unión al Pacto Mundial de la ONU por la sostenibilidad empresarial, una declaración, y no sólo de intenciones, dado que las empresas que estamos aliados adquirimos responsabilidades fundamentales en materia de derechos humanos, trabajo, medioambiente y lucha contra la corrupción. Altertec, se compromete así, a incorporar diez principios en nuestras estrategias empresariales, para cumplir responsabilidades básicas con las personas, el planeta y nuestra forma de hacer negocios, lo que nos ayudará a asentar las bases para el éxito a largo plazo.

Seguimos hoy con el bloque de las normas laborales, que sostiene cuatro principios. El cuarto de ellos establece  el compromiso de las empresas a apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación. El término de discriminación en el empleo y ocupación es: «cualquier distinción, exclusión o preferencia que produzca el rechazo o la desigualdad en las oportunidades o en el trato de solicitudes de empleo o de ocupación» realizada por razón de «raza, color, sexo, religión, opiniones políticas, nacionalidad de origen o extracción social». La discriminación puede basarse también en una discapacidad física o mental.

La discriminación puede surgir en una gran variedad de situaciones relacionadas con el acceso al trabajo. Entre ellas se encuentra el acceso al empleo y a determinadas ocupaciones, a la formación y a la orientación profesional. Además puede producirse en cuanto a las cláusulas y las condiciones de contrato de empleo, tales como: la igualdad en la remuneración, el número de horas de trabajo y descanso establecidas, las vacaciones pagadas, la seguridad durante el periodo de ocupación, la política de ascensos, la seguridad social…

La discriminación laboral conduce a tensiones sociales que son potencialmente perjudiciales para el entorno empresarial dentro de la empresa y en la sociedad. En primera instancia, negando el acceso a los talentos de un grupo más amplio de trabajadores, y por lo tanto a las habilidades y competencias que podrían servir a la entidad. Estas malas prácticas a su vez generarán resentimiento en las personas y equipos de la empresa, traduciéndose en un menor rendimiento de las mismas. La discriminación aísla del mismo modo a la empresa empleadora de la comunidad en general y puede dañar la reputación de una compañía, afectando a las ganancias y el valor de las acciones. Asimismo, estas malas prácticas afectan de igual forma a la economía nacional y global, ya que suponen oportunidades perdidas para el desarrollo de habilidades e infraestructura para su fortalecimiento.

Por el contrario, la apuesta de las empresa por la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo abre nuevas oportunidades de negocio y facilita la mejor gestión de riesgos, así como puede incrementar la productividad, actuar como una fuente de innovación o mejorar la satisfacción de clientes y socios.